sábado, 23 de noviembre de 2013

Yo como siempre me pregunto...

Cuando uno llega a ese punto del camino en el que tiene que recorrer un tramo llamado olvido... entonces uno se pregunta.... ¿Cuánto tardaré en llegar de nuevo a esa meta? Yo como siempre me pregunto, me obedezco y me pregunto: ¿Cuánto hay que caminar entre este día en que decido dejarte ir y ese día en que puedo afirmar, que ya no sé ni dónde estas? También me pregunto: ¿Será que uno va dejando pedasitos de vida tirados en cada ciudad a la que se muda? Y ¿Cuánto cuesta un peaje para cambiar el corazón de habitación? Qué difícil cuando fijamos la mirada en quien sólo nos ve como un amigo, Qué difícil cuando decidimos callar el corazón. Yo me pregunto: ¿Qué hay que hacer para amar al amor y no amar al caminante? Cuántos años han pasado desde que dejé ir mi corazón... Lo dejé ir en ese barco en el que se ahogaron mis palabras y los salvavidas de las letras fracasaron en su intento por rescatarlas... Aquí estoy de nuevo, dejándome seducir por esa encantadora idea de volver a escribir. Sólo por una ilusión que probablemente no será y por un corazón que probablemente dejará de amar.

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