Creo que una de las sensaciones mas lindas de la vida cristiana es la de sentir ese fuego en el corazón,
ese fuego que es imposible dibujar para que los otros lo perciban,,,, hay que vivirlo para comprenderlo.
Quema adentro, transforma, hiere… ¡duele!
Pero impulsa, llena, engrandece, ilumina, encandece, ciega!
Esa ceguera, la única que no es mala, esa que nos permite correr locamente hacia la meta
Hacia El, hacia la Cruz, hacia sus brazos… ese fuego que quisieramos no se extinguiera jamás….
Qué lindos son los regalos del Espíritu Santo,
Qué agradable sentir su presencia tan cerca nuestro….
Y es que hay que estar locos para lanzarnos a la Cruz, pero que locura tan plenificadora,
Hay que estar locos para amar de verdad!
Amar sin miedo al dolor, sin miedo a dar la vida misma por el que se ama…
Por eso necesitamos a voluntad propia ese fuego, necesitamos pasar por el fuego purificador…
el que nos hace perder la vista en aras de la luz,
Dejar de mirar al mundo para mirarlo sólo a El y así llegar habiendo recorrido el Camino,
viviendo en la Verdad y ganando para siempre la Vida…
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