jueves, 22 de mayo de 2008

PROLOGO. CUANDO SE AMA TRES VECES

Ella era apenas un pequeño pony al que los demás solían observar con ternura y cariño; sus crines estaban coloreadas con el color que la alegría del sol les había regalado; su mente era tan inocente como su cuerpo; vivía en un sueño aprisionado entre su pesebrera y las cercas del parque en el que había transcurrido su existencia.

Su corazón no latía mas allá por que sencillamente no conocía mas allá...

Así la vio él cuando la conoció, y así la vio aquel hermoso pony a él y su vida comenzó a cambiar. El, si, él –Alejandro- le dio un nuevo horizonte a sus ojos, lo hizo salir de su pequeño mundo, -tan pequeño como él- le enseñó a sentir, a querer su libertad, le hizo ver que existían mas verdes que el de los barrotes de su potrero, la hizo confiar en él, hizo que quisiera volar, y tanto lo deseó, que pronto se desprendieron de sus extremidades dos gigantescas alas con las que logró volar, conoció un fantástico mundo que antes ignoraba, del que se hizo dueña y del que jamás quiso alejarse; un mundo que Alejandro le enseñó a amar...

Y voló por ese maravilloso y azul mundo con sus enormes alas, y se empapó los ojos con sueños increíbles... y lo recorrió observando muy bien todos los paisajes nuevos. De repente se detuvo ante uno de belleza inimaginable, tan extraño, que cautivó su atención por completo, y deseó quedarse allí. Con una hoguera que estaba a punto de adueñarse de su cuerpo, observó a Alejandro por ultima vez y le dijo entre sollozos: -prometo volver- sin comprender entonces el oculto adiós que con esas palabras le estaba diciendo... Le dio la espalda, y agitando sus enormes alas, elevó su delicado cuerpo y partió a su hermoso paisaje....

Allí conoció a Pedro, un ser de sutil belleza, que no creyó antes que pudiese existir, y pensó que había encontrado su felicidad.... Sin embargo, allí frente a ese inimaginable paisaje Pedro lo acorraló y le puso límites a su libertad, -la que antes le habían regalado-, en su boca puso un freno, y lo amarró para que no se fuese de su lado. Cortó sus alas –las que le habían permitido llegar hasta allí-, perdió el brillo de sus crines. Con sutileza Pedro hizo que el precioso pony lo amara con locura y quisiera quedarse por siempre a su lado. Pedro lo domesticó, le enseñó a soñar con un mañana allí, en ese paisaje al que tanto amaba... el pony de cortas alas era feliz en ese lugar y jamás deseó renunciar a esa felicidad, ni si quiera por recuperar su libertad.

Pero a Pedro un día lo llamaron y le dijeron que debía partir a conocer nuevos paisajes para compartir luego con su pony quien se quedo en espera de que su dueño cumpliera con su promesa de regresar... con sus crines ya oscuras y largas, sin la alegría del sol que vivía sobre el espejo de sus ojos, con sus alas encerradas bajo llave en su pasado; el pequeño pony pasaba las tardes sin correr sobre las verdes praderas del lugar que amaba, esperando en vano por el regreso de su dueño quien jamás llegó... Hasta que una noche en la que su corazón sintió nostalgia al ver las estrellas sin la compañía de su dueño, rogó a Dios valentía para no abandonar la esperanza de que Pedro regresara, y Dios en su infinita bondad, pero atándose a la libertad del pony, -la poca que aún le quedaba- tan solo pudo obsequiarle un cuerno lleno de magia, con el que logró ver a su dueño lejos de casa y sin intenciones de regresar; entonces deseo recuperar sus alas y con ellas su libertad. Pero ni la magia de su cuerno logró cumplir su deseo y tampoco reparar el daño hecho a sus alas y corazón...

Sin mas salida, corrió con todas sus fuerzas, queriendo abandonar aquel lugar, regresó a su antiguo hogar para que Alejandro curase sus heridas y demostrarle que había cumplido con su promesa de regresar, pero él estaba demasiado ocupado, había encontrado nuevos ponys -los entrenaba a todos, no había tiempo para amar de nuevo a uno sólo-, así que entendió que era demasiado tarde y que los humanos a veces no esperan una promesa eterna. Con el alma destrozada y sintiéndose desgarrado siguió divagando por oscuros paisajes, buscando una razón por la cual no morir, una razón que le explicara porque había dado tanto, y no había sido suficiente para que Pedro la amara.

Entonces encontró quien necesitaba también encontrar una respuesta, y así fue como Carlos encontró al pequeño pony, y lo comenzó a domesticar de nuevo, y aunque fue un poco difícil, formaron un gran equipo, alcanzaron logros enormes, conquistaron gigantescos sueños y se unieron fuertemente bajo un gran lazo de amor y amistad sincera que no deseaban romper jamás... Pero Carlos un día cambió a su compañero, -al que había domesticado- por otro mejor, tal vez por las presiones de otros entrenadores, tal vez por su ignorancia. El pony sintió su mundo caer... y al encontrarse de nuevo sin salida escapó de aquel lugar, olvidando llevarse consigo lo que había aprendido, corrió por segunda vez, pero en aquella ocasión sin parar, durante años; rasgando sus alas que ya eran de nuevo grandes, arañando su piel, haciéndose cada vez mas fuerte, corriendo por los bosques mas oscuros. Finalmente se convirtió en un caballo salvaje, un pura sangre que jamás quiso volver a tener dueño y a quien ningún ser humano pudo volver a domesticar.

... si, esta es una historia inconclusa, a la que le creé un final, porque en realidad no lo conozco el pequeño pony siguió viviendo, tal vez, tiempo después encontró un compañero de verdad, eso no lo se, y no me quise quedar a averiguar el final de esa historia, por eso abandoné el lugar en donde había transcurrido mi vida y en donde imaginé esta historia al observar todos los días los entrenamientos a los que era sometido un pequeño pony de la hacienda en la que viví por tanto tiempo .

Quizá relacione la vida del pequeño pony, con este libro, por que este cuenta la historia de una niña que se enamoro de tres jóvenes a los que entrego su corazón y estos finalmente la abandonaron como los entrenadores al pony...

Febrero 2 de 2000

2 comentarios:

Anónimo dijo...

hola xime.. como lo prometido es deuda aqui va tu primer comentario........ Me gusta que te hayas decidido a comenzar un blog, es una suerte que exista este espacio para leer-te. Me gusto mucho el cuentico, pero te repito, al final escribes en primera persona o personificas a alguien mas???

Te cuidas y sigue escribiendo.

PD: los nombres de los tipos estan como muy de culebron mexicano :P

María Ximena dijo...

Pues, gracias por leer-me! Explico la personificación de alguien más: como te darás cuenta, el título del cuento es Prólogo. Cuando se ama tres veces. Se trata pues del prólogo de un libro que escribí cuando tenía 15 años... de ahí el talante "novelezco mexicano" de los nombres, que también encienrran algo revelador, corresponden a nombres reales: Andrés, Pablo y Cesar. Sígueme leyendo!